El origen de la mitología japonesa está basado en el Shintô ("Voz de los Dioses”), religión politeista tribal importada a Japón durante el período Yayoi por emigrantes de Corea y de Mongolia. Esta religión probablemente se mezcló con la religión de los pueblos indígenas que vivían en Japón. No existe una certeza total de estos hechos ya que la escritura no aparece en Japón hasta su importación de la cultura china.
Cuando la cultura china fue importada a Japón, el Budismo, el Confucianismo, el Taoísmo y el Yin-Yang no suplantaron a la religión indígena, pero fueron incorporadas gradualmente a los rituales Shintô y a las fiestas locales.
A los dioses se les llama Kamis. Son los que están colocados en lo alto, por tanto, los que son adorados. Cada dios representa una fuerza de la naturaleza: el Sol, el trueno, los lagos, los ríos,... Todos los Kamis tienen una apariencia humana. Existen Kamis en la Tierra y Kamis en el cielo. Para comunicar entre ellos, entre la tierra y el cielo, los Kamis envían a mensajeros.
Los japoneses a menudo hacen ofrendas a los Kamis, con la intención de subsanar problemas de salud, familiares o cualquier otro tipo de problemas que puedan surgirles. El emperador japonés también es muy venerado, ya que es considerado como descendiente del Kami Sol.
Los mitos japoneses han llegado hasta nosotros gracias a los emperadores japoneses que hace muchos siglos dieron la orden de fijarlos por escritos. Así es como se creó el Kojiki, libro histórico más viejo que se conserva relativo a la historia de Japón. Fue redactado en una mezcla de japonés y de chino.
Kojiki cuenta cómo fue creado el universo, pero también la historia de los dioses y de los diferentes emperadores de esa época.
17 julio, 2010
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